Al mismo tiempo, la necesidad de reconocer el límite de las organizaciones combativas de trabajadores es muy importante. La militancia de la combativa organización de trabajadores en Haití es importante para definir el nivel de lucha.

El nivel de conciencia política y la relación dialéctica entre lo subjetivo y objetivo factores son indicadores de la tarea que tenemos por delante.

La clase obrera no será capaz de ofrecer una alternativa viable a la capital a cualquier nivel, ni será capaz de unificar otras clases dominadas fuera un oportunista intransigente contra la lucha en su seno.

Hay una mentalidad de sumisión ideológica propagarse en las masas a desvestirse de cualquier vestigio de nacionalismo que nos han dejado nuestros antepasados combativo y revolucionario.
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Esta mentalidad de dependencia tiende a penetrar en la formación social haitiana a todos los niveles sociales. A nivel de las clases dominantes y el aparato del Estado, se manifiesta en la realidad por la política de gestión de la miseria.

Para ser eficaz un mendigo, como la de Duvalier, Aristide, Latortue y ahora los gobiernos de Preval, uno tiene que ser capaz de convencer a todos que somos pobres, tenemos que ser capaces de demostrar que somos impotentes, incluso cuando se enfrenta a catástrofes naturales y que sin ayuda de afuera no podemos lograr nada.

Incluso hasta nuestra independencia se ha celebrado con la ayuda extranjera.

No es que no podamos sino que no contamos con todos los recursos para cualquier emergencia que se nos presente por eso vivimos de la ayuda de muchos países que sin su apoyo no sabríamos que hacer.

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