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La Relación del Vudú con el Catolicismo Bajo el dominio francés del país, a los esclavos se les prohibió la práctica del vudú, pero éste sobrevivió. Los franceses permitían bailes los fines de semana que, sin saberlo, eran prácticas de vudú.

Tras la independencia de Haití, en 1804, los blancos fueron expulsados del país, y muchos de ellos, sacerdotes católicos incluidos, asesinados.

El Vaticano rompió relaciones con Haití, y no volvió a restablecerlas hasta 1860. Durante estos 56 años, los houngans y mambos construyeron la religión nacional de Haití, el vudú, como una complicada amalgama de religión espiritual africana y catolicismo.

Prácticamente todos los loa fueron asociados a santos católicos. Como consecuencia, no es raro para los haitianos practicar el vudú y el catolicismo y, a veces, ser devoto de ambos. En diversas ocasiones, entre 1860 y 1940, la Iglesia católica organizó campañas contra el vudú, pero sin éxito alguno.

En 1949, algunos elementos de la Iglesia católica emprendieron una guerra santa total contra el vudú, llegando a quemar peristiles y a golpear y matar a houngans y mambos, exigiendo a la sociedad salir de su ostracismo. Pero apenas tuvo el efecto deseado.

El vudú quedó hasta cierto punto relegado a prácticas secretas, pero su popularidad creció, quizá debido a la misma opresión. A principio de los cincuenta la Iglesia católica paró la guerra e hizo las paces con el vudú, llegando a asimilar alguna de sus prácticas, como la de los tambores y los cánticos. Desde entonces, las relaciones entre los católicos y los serviteurs han sido apacibles.

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