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Gran Bretaña y España vieron en la rica colonia de Saint-Domingue un apetitoso botín además de la oportunidad de privar a Francia de una de sus mayores fuentes de recursos.

En especial Inglaterra envió en 1794 una poderosa expedición cuyo número exacto de tropas es incierto pero que puede haber estado en varias decenas de miles que ocupó Port-au-Prince y otros puntos costeros. España, por su parte, intento ganarse el favor de los esclavos prometiéndoles la liberación, y atacó la colonia desde su parte de la isla.

Los principales dirigentes de la rebelión de esclavos pasan a luchar por España. La parte francesa de la isla estaba invadida por la Marina británica y por las tropas españolas a las que se habían unido numerosos monárquicos franceses blancos. Las fuerzas francesas son derrotadas en las ciudades costeras por los ingleses y en gran parte del interior por los españoles.

Toussaint Louverture

Sin embargo, el 5 de mayo de 1794, Toussaint Louverture, libertador haitiano que desde 1791 hasta entonces había luchado para España, influenciado por los comisarios y el general en jefe Etienne Laveaux, se inclina al bando francés.

El ejército que estaba a su mando, en el que había soldados negros, mulatos e incluso algunos blancos atacó a sus antiguos aliados y les arrebató una decena de ciudades. En un año, y gracias a su hábil manejo de la situación, rechazó a los españoles hasta la frontera oriental de la isla y consiguió derrotar a sus antiguos jefes, que habían permanecido leales a España.

En marzo de 1796, salvó a Laveaux, con problemas por su severidad tras una rebelión de mulatos en Cap-Français.

Sin embargo la lucha contra los británicos resultó más complicada. Toussaint no pudo echarlos ni del Norte ni del Oeste. En el Sur, el general mulato André Rigaud lograba contenerlos, pero no era capaz de rechazarlos.

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