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Estados Unidos

El temor a una oleada de balseros haitianos a la costa sur de La Florida acabó por convencer al Gobierno de Bush de la necesidad de desplegar 500 efectivos militares estadounidenses en el país caribeño a pedido del presidente interino Boniface Alexandre.

Sin embargo, desde el Partido Demócrata consideraban que la demora en la intervención no ha sido casual, sino intencionada y con un objetivo: dejar caer a Jean Bertrand Aristide.

En temas de seguridad, Haití preocupa a los Estados Unidos por el posible vínculo entre agentes locales y las redes de narcotráfico de la región. La DEA tiene el mandato de desmantelar esos nexos y evitar el posible ingreso de estupefacientes a frontera norteamericana.

En ese sentido, la presunta relación que tenía con el narcotráfico el ex presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, explica porqué Estados Unidos veía con buenos ojos un cambio de gobierno en el país caribeño.

El informe anual del Departamento de Estado, publicado el primero de mayo 2004 y que se concentra en determinar la cooperación de gobiernos extranjeros en la guerra contra el tráfico de drogas, contenía severas críticas al gobierno de Aristide.

Incluso, en el momento de presentar el informe, un alto funcionario del Departamento de Estado encargado de narcóticos, indicó que algunos membros del gobierno de Aristide tenían vínculos con traficantes de drogas.

El informe aseguraba que “miembros del gobierno y de la Policía Nacional de Haití, específicamente de la unidad de seguridad presidencial y la guardia del palacio, estaban activamente involucrados con el tráfico de drogas”.

Asimismo, El departamento de Control de Narcóticos de Estados Unidos publicó un documento que indicaba que 8% de las drogas ilegales que ingresan a Estados Unidos han pasado por Haití.

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