Los primeros pobladores de Haití, ocupante de la parte occidental de La Española o Hispaniola, llegaron a la isla varios miles de años antes de Cristo, posiblemente hacia el 7000 a. C. Su procedencia puede haber sido la Florida o Yucatán.
Se trataba de cazadores, recolectores y pescadores, que indudablemente eran navegantes.
Posteriormente habrían llegado desde Sudamérica grupos más avanzado, con dominio de la cerámica y la agricultura, fundamentalmente de origen arahuaco.
Se produjeron varios intentos de rebelión seguidos de represiones brutales.
La introducción de enfermedades europeas, para las cuales los indígenas no tenían defensa, sumado a hambrunas, matanzas, y las terribles condiciones de los indígenas esclavizados, condujeron a un descenso abrupto de la población que para 1506 no superaba los 60.000, incluyendo a los europeos y se considera virtualmente extinta a partir de 1540.
La cultura indígena fue totalmente aniquilada en tanto que los pocos sobrevivientes fueron asimilados al resto de la población.
1652 saquearon San Juan de los Remedios en Cuba y las autoridades de Santo Domingo los expulsaron por más que la isla volviera en 1660 a poder de los franceses.
En 1697 Saint-Domingue.
La primer capital fue Cap-Français (actual Cap-Haïtien) puerto ubicado en el norte del país.
Su origen era muy variados ya que pertenecían a muy diversas etnias con costumbres y lenguajes muy diferentes.
Hoy día el idioma del pueblo haitiano es el créole, resultado de esta mezcolanza.
Aún cuando su número permaneció limitado su importancia ha sido fundamental ya que estos fugitivos, rondaban las plantaciones para proveerse de víveres y alentando a los esclavos a rebelarse.
Entre 1751 y 1758, Mackandal, fFinalmente fue capturado y ejecutado, pero su memoria, y especialmente sus tácticas, ejercieron gran influencia en los hechos posteriores.
En 1749, se fundó la actual capital haitiana (Port-au-Prince) con el nombre de L´Hôpital.
Inicialmente la igualdad entre los hombres proclamada por la revolución no se aplicaba a los esclavos, pero tampoco a los mulatos ni a los negros libres.
Las luchas internas entre monárquicos, girondinos, jacobinos, etc. y las luchas contra otras naciones se sumaron a las ya fuertes contradicciones de la sociedad colonial.