Antes de que aterrizó en Port-au-Prince Yo sabía que no quería quedarme allí mucho tiempo. Una generación de imágenes de noticias que me han convencido de la capital de Haití fue una ciudad de los disturbios, la desesperación y no hay muchos lugares para las vacaciones.

Cuando salí del aeropuerto me encontré la caótica escena que había imaginado – las calles de la ciudad de fuego con la quema de basura y de las Naciones Unidas los vehículos de patrulla los barrios marginales – como el recientemente electo presidente René Preval intentó encontrar su pie en otro país del Caribe de lo incómodo de las transiciones políticas, quise escapar pero lo hice por la mañana del siguiente dia.


Hattie, un amigo de Nueva York que había participado como traductor en una conferencia médica, contrató a un conductor con una 4×4 y se dirigió hacia el sur por motivos más tranquilo.

He visitado el mercado de hierro, una agitada escena de comercio, el ruido y las extremidades flailing desbordado de la calle y arrasó más de nuestro vehículo, como el de-contra-el-vidrio conmoción de un sistema automatizado de lavado de automóviles.

Nos convirtió en una carretera que se aferran a el Golfo de Gonâve, Smokey pasado y dijo que en unas pocos calles hay lugares turísticos olvidados en la capital de la periferia. Junto a nosotros se arrastró un desfile de “toque grifos” – brillantemente pinturas, engañados-autobuses que llevan a cabo las imágenes de Jesús, bikini y vestidos de las mujeres el rapero 50 Cent.