La tragedia del terremoto en Haití sigue muy presente y se demuestra con la cifra de ciudadanos que viven fuera de un hogar, sino que lo hacen en campamentos, un lugar poco adecuado para que los haitianos puedan vivir dignamente, mucho menos que puedan vivir los más pequeños. Al día de hoy se calcula que entorno a 1 millón de personas viven sin hogar, una cifra muy alta para el tiempo que ha pasado del terremoto, tiempo suficiente como para que la situación hubiera sido mucho mejor.

Por desgracia los políticos están más pendientes de las presidenciales del mes de noviembre y lo que se intentará es ilusionar a los haitianos con estas vivienda que faltan y con las infraestructuras, pero es algo que ahora no interesa que se haga. Es una pena que los políticos no piensen más en los ciudadanos que lo están pasando mal y que necesitan un hogar para vivir dignamente con sus hijos, ya que un hogar es un derecho que no se le puede negar a nadie, mucho menos cuando hay una tragedia natural por medio que ha destrozado muchas vidas humanas y hogares.

Esperemos que en breve todas estas personas puedan encontrar un hogar y que el gobierno del país pueda agilizar todo para la construcción de nuevas viviendas para los haitianos, que es una de las cosas que ahora mismo necesitan, tanto los que no tienen hijos como especialmente los que tienen a varios hijos a su cargo, que se merecen también un hogar.

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